Cuando un padre ve a su hijo entornar los ojos, pestañear a menudo o quejarse de que le duele la cabeza cuando ve la televisión, la primera pregunta que se le viene a la cabeza es: ¿necesita gafas mi hijo?
Pero, ¿cuándo debemos llevar a los niños al oculista?…Normalmente si el problema es grave y se aprecia a simple vista lo más probable es que el pediatra lo detecte en una de las revisiones rutinarias y le derive al oftalmólogo.
La Sociedad Española de Oftalmología (SEO), confirma que la revisión de la vista de los niños debe ser siempre realizada por un oftalmólogo, para prevenir problemas derivados del retraso en la detección de patologías oculares.
Si detectas en tu hijo determinados comportamientos que te indiquen un problema de visión o algún trastorno ocular, debes llevarlo cuanto antes a un oftalmólogo. En el caso de que no notes nada extraño, lo recomendado es llevarlo sobre los 3 o 4 años, para que pueda detectarse cualquier anomalía y corregirla cuando sea posible.
Las anomalías más frecuentes en la vista de los niños son el ojo vago (ambliopía) y el estrabismo, que detectadas con la suficiente antelación y tratadas adecuadamente pueden hacer que desaparezca de adultos.
Otros problemas en la visión de los niños incluyen la miopía, hipermetropía o astigmatismo. Una vez detectados lo normal es que el niño deba llevar gafas para corregir el defecto ocular. Aunque a priori puede parecer molesto, actualmente existe una gran variedad de gafas para niños, de diferentes colores y formas, con cuerdas y cadenas para evitar que se le caigan, y cristales adecuados a la actividad de los niños. Compra las gafas para tus hijos con ellos, que además de ver bien se vean bien con ellas, se acostumbrarán enseguida a llevarlas.